
Listín Diario
Santo Domingo.- “Ya no lloro; estas lágrimas son de felicidad”. A pesar de que dos gotas ruedan por sus mejillas como el agua de la lluvia sobre las hojas de los platanares, Hilda Gómez nos quiere convencer de que sus lágrimas no están inducidas por el amargo recuerdo de los 23 días de secuestro de su hijo Edward Baldera Gómez, sino por su regreso “sano y salvo”. <Ver más>
Santo Domingo.- “Ya no lloro; estas lágrimas son de felicidad”. A pesar de que dos gotas ruedan por sus mejillas como el agua de la lluvia sobre las hojas de los platanares, Hilda Gómez nos quiere convencer de que sus lágrimas no están inducidas por el amargo recuerdo de los 23 días de secuestro de su hijo Edward Baldera Gómez, sino por su regreso “sano y salvo”. <Ver más>
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